Una canción para Marcos Pérez Jiménez

La percepción de la figura de poder puede despertar emociones encontradas entre los individuos de una sociedad a través de la historia. Muchas son las anécdotas que rodean a los líderes en el ejercicio de su mandato, que han causado admiración como también el desprecio por parte de sus detractores.

A diferencia de las campañas electorales, donde existe una publicidad contratada y especializada que se apodera de los medios para exaltar las cualidades de un candidato utilizando todos los recursos posible, afiches, pancartas, música, mítines, entrevistas, que sirven para persuadir a un electorado determinado, nos referiremos a dedicatorias musicales que surgieron por distintos motivos, por sincera admiración o por mera adulación; las que se han hecho populares entre las sociedades a través del tiempo, que han trascendido a sus protagonistas y que han quedado como recuerdo para historia.

Podemos encontrar ejemplos en las canciones de la guerra civil norteamericana. En esa época de tantas tribulaciones ideológicas, políticas y sociales, las canciones no sólo se utilizaban como medio de exaltación de las cualidades personales de los líderes políticos, como una especie de campaña publicitaria primitiva, sino también porque muchos de sus compositores y cantantes compartían la pasión y los ideales de sus admirados líderes, estaban unidos a la causa. Como nos comenta Jerry Silverman (Songs and Stories of the Civil War, 2002), Jesse Hutchinson quien escribió “Lincoln and liberty”, compartía los ideales abolicionistas del presidente Lincoln; y quien con su familia de cantantes, el Cuarteto Hutchinson, hizo famosa tal pieza musical que exaltaba su gran figura idealista.

En Venezuela se puede encontrar un ejemplo similar sobre una canción dedicada a un  importante líder político.

A principios del siglo XX, cuando el caudillo Cipriano Castro realizaba una gran gira por el centro, sur y oriente de Venezuela en 1905. Como nos cuenta Alexis Marín Cheng en su artículo periodístico publicado en el diario Sol de Margarita en 2015, la alta clase política y social de la isla de Margarita, Estado Nueva Esparta, esperaba al mandatario, el cual fue recibido con una gran celebración privada para honrarlo. La música de la orquesta del baile estaba a cargo del gran compositor insular Vicente Cedeño, quien al tocar una pieza musical instrumental de su autoría, originalmente llamada “Lirio del Valle”, fue interrumpido por el anfitrión de la fiesta de bienvenida, e indagando sobre las formas musicales de la extraordinaria pieza y también preguntándole “¿Y cómo se llama el valse? A lo cual el maestro Cedeño, sin vacilar, contesta ‘Castro en Margarita’”.

Así quedó plasmado en la historia musical uno de los valses más ejecutados e icónicos del folclor venezolano.

Al margen de los eventos sociales y políticos, a mediados del siglo XX la música popular tomó matices muy coloridos a lo largo de Latinoamérica. Mucha fue la influencia del intercambio cultural que proporcionaba la radio y, por supuesto, el cine latinoamericano, donde México tuvo un protagonismo importantísimo. Era uno de los mayores productores y distribuidores de películas para la región a un nivel comparable a Hollywood. La música de la época de oro del cine mexicano era tan protagonista como sus artistas. Sus actores cantaban y bailaban marcando así una tendencia para la moda de la época, en sus estilos y maneras. Por tal razón, México y su cine tuvieron mucha influencia no sólo de su propia cultura, sino también fueron influenciados por artistas foráneos los cuales crearon una bella fusión cultural, una mixtura de música popular y folclórica. En los estilos de la guaracha, el bolero, el danzón, el porro, la cumbia, el merengue, el tango y el cha-cha-cha, podían ser escuchados todos inclusive en una misma canción; es decir, una mezcla de ritmos y elementos musicales de México, Cuba, Colombia, República Dominicana, Argentina, Venezuela y otros países latinoamericanos. 

El cantante Alberto Fernández Mindiola, perteneció a ese grupo de cantantes de esa época que no sólo popularizó el ritmo del vallenato en su propio país, sino que lo llevó fuera de fronteras de su natal Colombia. Esta leyenda de la música popular colombiana perteneció al grupo musical de su paisano, el compositor José María Peñaranda, autor de la famosa pieza “Se va el caimán”; y, más tarde, prosiguió su carrera de cantante perteneciendo a otras agrupaciones, siendo una de las más importantes «Bovea y sus Vallenatos”. Fernández  junto a ésta agrupación, dio a conocer el vallenato hasta hacerlo popular en toda Suramérica.

Corrían los años cincuenta en Venezuela, en un ambiente político ambiguo donde el General Marcos Pérez Jiménez toma el poder desde el año 1952 al 58, luego de haber sido nombrado presidente provisional por una junta militar. 

Pérez Jiménez se caracterizó por ser un mandatario de mano dura de sólida formación militar, quien era temido por muchos a causa de sus implacables persecuciones y torturas a sus adversarios políticos; y, también, admirado por otros quienes pensaban que había dado un importante impulso modernista al país el cual era mayormente rural. Este mandatario presumía de sus logros al rodearse de los mejores profesionales en cada uno de sus campos de conocimiento para impulsar al país, que sí logró obtener en infraestructura y en educación.

 

Alberto Fernández - Bovea y sus Vallenatos

Alberto Fernández – Bovea y sus Vallenatos

 

En la radiodifusión venezolana comenzaba a escucharse una canción dedicada al mandatario venezolano, que describía la fama y la aceptación de Marcos Pérez Jiménez. El compositor José María Peñaranda había escrito un tema musical en un ritmo parecido al merengue venezolano, pero con una métrica de 6/8, que se volvió pegajoso entre la audiencia. Este “merengue” fue interpretado por el mencionado Alberto Fernández Midiola con “Bovea y sus Vallenatos”, el cual había sido grabado en Bogotá por Fonográficas Radio Vergara.

A diferencia de los registros y estadísticas actuales, los pormenores de la producción discográfica entre los años 40 y 60 e, inclusive, en los 70, no se divulgaban como se hace en la actualidad. Eran pocos los discos que exponían información adicional sobre la historia de su contenido, más bien su divulgación actual ha sido fruto de una lucha entre asociaciones de productores musicales, técnicos de sonido, artistas, compositores y arreglistas musicales, aunado a la evolución de los formatos tecnológicos, como también a las revisiones de las políticas de derecho de autor y propiedad intelectual, para dar justo crédito al trabajo de sus creadores y participantes. Hasta hace muy poco, las historias y los créditos artísticos de la creación discográfica pertenecían al círculo íntimo de sus participantes, que muchas veces se convertían en leyendas gremiales. 

Es por esta razón que no hay documentación suficiente que muestren datos exactos sobre el lanzamiento del single «Presidente Marcos Pérez Jiménez» en Colombia y su llegada a Venezuela; y sobre si el tema musical en cuestión se produjo por encargo de los partidarios del mandatario que sirviera de propaganda política, o quizás fuera creado por genuina admiración del compositor ya que dichos homenajes se estilaban en la época y, para esa década, Pérez Jiménez se había convertido en un personaje político importante y muy nombrado en la cotidianidad de la región.

También pudiera especularse que el compositor y el grupo musical que interpretan el tema habrían querido despertar el interés del público venezolano y de los medios oficialistas, ya que “Bovea y sus Vallenatos” poseía una famosa carrera musical llena de triunfos internacionalizando los ritmos colombianos; y quizás vieron un potencial mercado en el público de un pujante país como era la Venezuela de la época.

Lo que se pueda decir sobre quién o con qué motivos se realizó esta pieza musical ya poco importa. Lo que verdaderamente interesa es el resultado que pudo haber tenido en la audiencia de la época; tema que hemos tratado insistentemente en diversos artículos:

  1. La música puede transformar la percepción de un mensaje inherente desde un estado racional a uno emocional hasta lograr empatía con la audiencia.
  2. La música, por ser un arte donde la estética y el gusto juega un papel preponderante, puede crear asociaciones con ideas previamente aprendidas por la audiencia.
  3. La música aunada a un mensaje determinado rompe el protocolo de la formalidad, ya que su interpretación (del gusto, de su estética) es un proceso intelectual íntimo por parte del receptor.
  4. La música asociada a un mensaje determinado podría modificar o hacer reinterpretar ciertos elementos y hacerlos ver desde otra perspectiva, reforzándolos positivamente o negativamente según el caso.

No debemos olvidar que en un diagrama de flujo de comunicación, la percepción del mensaje y su interpretación dependen en gran parte del aprendizaje, valores y educación de sus receptores. De esos factores puede depender que se produzca una persuasión efectiva. En todo caso, la música como herramienta de comunicación podría ayudar a llevar el mensaje haciéndolo repetitivo, pegajoso, rítmico y atractivo al receptor.

El tema “Presidente Marcos Pérez Jiménez” fue muy popular en Venezuela gracias a su radiodifusión y todavía es recordado por la gente que vivió dicha época. Es posible entonces que esta pieza musical ayudara a cambiar algún aspecto sobre la percepción del mandatario y su gobierno; y lo haya hecho más popular entre algunos de sus gobernados.

Quisiera agradecer enormemente a mi muy querido amigo el Dr. Juan Francisco Sanz, profesor titular de la Universidad Central de Venezuela, a quien preliminarmente le había comentado acerca del artículo que me disponía a escribir; y quien con mucha dedicación me ubico los datos del disco single «Presidente Marcos Pérez Jiménez», en 45 RPM en contacto con su amigo Víctor Márquez, al quien él mismo lo califica como “una enciclopedia ambulante de la discografía nacional”, el que me envió la foto del disco a través de aquél. Con esta importante información pude dar con la historia de Fernández y Peñaranda.

Justo Morao

 


Fuente consultadas:

Silverman, Jerry. Songs and stories of the civil war. Twenty-first Century Books. Connecticut. 2002

http://www.elsoldemargarita.com.ve/posts/post/id:150047

https://www.radionacional.co/noticia/artista-semana/los-90-alberto-fernandez-voz-oro-del-vallenato


 

Encuentran primer filme contra Hitler en archivo olvidado en Bruselas – CNN

Este artículo de CNN (México) me ha parecido muy interesante. Se trata de un hallazgo histórico, del primer filme anti-nazi de la historia que no surtió el efecto masivo deseado, cuyo mensaje no pudo advertir la expansión del poder de Hitler.
A continuación hago transcipción fiel del artículo.

El primer filme de EU contra Hitler aparece en un archivo de Bruselas

La cinta producida por un heredero industrial que visitó Alemania en 1933 será exhibida en el Museo de Arte Moderno de Nueva York en octubre

Viernes, 20 de septiembre de 2013
Bruno Mestdagh, jefe de las colecciones digitales en el archivo belga de filmes Cinematheque, mira una escena del filme (Reuters).
Lo más importante
  • En su estreno en 1934 en Nueva York la producción fue un gran éxito
  • Sin embargo, la embajada de EU en Estados Unidos protestó por lo que la película fue censurada
  • El carrete que encontraron curadores de Bélgica es la única copia que queda del filme

BRUSELAS (Reuters) — La primera cinta estadounidense en advertir sobre los peligros del régimen nazi de Adolfo Hitler fue descubierta en un archivo cinematográfico de Bruselas luego de haber permanecido inadvertida por unos 75 años.

Hitler’s Reign of Terror (El Régimen de Terror de Hitler) fue producida por Cornelius Vanderbilt, el heredero de una rica familia industrial estadounidense que visitó a Alemania en momentos en que Hitler llegaba al poder en 1933.

La cinta gira en torno de imágenes que Vanderbilt tomó y sacó a escondidas, que mostraban reuniones del partido nazi, la quema de libros y el saqueo de las tiendas judías.

En su estreno en Nueva York en 1934, la producción fue un gran éxito, dijo Bruno Mestdagh, jefe de las colecciones digitales en el archivo belga de filmes Cinematheque.

«La embajada de Alemania en Estados Unidos protestó, por lo que la película fue censurada y adaptada. Luego fue exhibida en otras ciudades pero con mucho menos éxito», relató Mestdagh.

La versión descubierta por el archivo posiblemente fue ordenada por alguien que quería mostrarla en Bélgica pero que nunca llegó a recogerla, por lo que el carrete sobrevivió a la guerra y a la ocupación nazi en la oficina de aduanas belga.

En la década de 1970 el carrete fue transferido al archivo, que tiene unos 70,000 títulos en vastas bóvedas en Bruselas, un 80% de ellas extranjeras. Recién hace dos años los curadores se percataron de que poseían la única copia existente.

La película fue remasterizada y será exhibida en el Museo de Arte Moderno de Nueva York en octubre.

La cinta se desarrolla en gran medida como un noticiero, en donde Vanderbilt proporciona un doblaje sobre su propio material original filmado y lo mezcla con imágenes de otras fuentes.

«Vanderbilt pudo capturar algunas escenas espectaculares pero sólo tuvo unos pocos minutos y ellos realizaron una película completa en torno a ella. Pero eso no fue hecho por cineastas profesionales, por lo que la película tiene un estilo a veces de aficionado», explicó Mestdagh.

Parte de esa percepción proviene de la recreación algo burda de una breve entrevista que Vanderbilt le arrebató a Hitler en momentos en que se preparaba para dirigirse a una concentración en Berlín tras ganar la elección de 1933.

«En la hora y media que Hitler hablaba a esa abarrotada audiencia, fue tan efectivo como charlatán en un espectáculo secundario, viajando con un circo», comenta Vanderbilt en el doblaje.

Cambio de imagen gubernamental que se convierte en resonancia electoral

Un logotipo o imagen de marca produce alcances y resonancias insospechadas en el inconsciente colectivo. Autores como Joan Costa y Axel Gryspeerdt, entre otros, comentan que el impacto de una marca de producto, a través de su logotipo, puede transmitir la filosofía de la empresa o los fines de una institución y, a través de la repetición, puede adentrarse en nuestras mentes y permanecer en nuestra memoria por toda una vida; sólo bastaría un pequeño recordatorio para evocar dicha imagen y todo su significado. Diversos ejemplos pueden darnos una idea de ello a través de la historia de las marcas y de la publicidad: Coca-Cola, Pepsi, Oscar Mayer, McDonalsMichellin, FedEx, entre muchos otros.

En estas creaciones del ingenio artístico, como son los logotipos que identifican una marca, un producto, una empresa o institución, el juego entre la forma, el color y la textura es fundamental, eso es lo que permitirá tener puntos identificatorios y focos de atención exclusivos para mostrar la intención que se intenta promover. Tal es el caso del cambio de imagen que se ha apreciado desde el mes de abril de 2012 en torno a las imágenes que identifican a las instituciones del Estado venezolano. Específicamente, la sustitución del logo Bicentenario por el de Corazón Venezolano.

El gobierno venezolano se ha esmerado, durante gran parte de su mandato, en darle sentido de pertenencia a su gestión a través de la publicidad; lemas como «Venezuela Ahora es de Todos» y «Gobierno Bolivariano» han sido acompañados con vistosos logotipos muy agradables a la vista. El logo del Bicentenario ha acompañado el rótulo de todos los mensajes gubernamentales desde el 2011, esto ha logrado posicionamiento en la audiencia y su presencia ha sido constante en medios escritos y audiovisuales. En particular, el logo Bicentenario remite a un evento histórico, es una silueta que proporciona un mensaje instantáneo, Simón Bolívar cabalgando a la América del sur, es alegórico y contundente, ideal para la conmemoración de una fecha tan importante para todos los países bolivarianos del continente.

Ahora bien, a partir de abril de 2012 la política comunicacional gubernamental ha dado otro cambio de imagen, es la aparición del lema y logo «Corazón Venezolano«, que convenientemente se ha hecho público a seis meses antes de las elecciones presidenciales del 7 de octubre de 2012. Esta nueva imagen es sencilla y elegante, como podemos transcribir del propio «Manual de Imagen de Gobierno – Período 2011-2012» que esta disponible al público y puede descargarse de la página del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e Información – MINCI, menciona la descripción de esta excelente imagen:

«El identificador propuesto es sencillo. Se basa en una cinta que en su recorrido tricolor genera una estrella de notable singularidad. Su perspectiva otorga un sentido de progresión, de dirección hacia arriba y adelante»

Asimismo podemos citar, de la página 10 de este manual, el concepto y la filosofía que se pretende transmitir con dicho identificador:

«Se identifican los siguientes elementos conceptuales y/o atributos de identidad importantes para construir el lema de imagen de gobierno:

OPTIMISMO: Debe ser esperanzador. La fe en la victoria de nuestros propósitos debe estar implícita.

INCLUSIÓN: Apropiarse de la palabra Venezuela como llamado a la unión, ante la manipulación tendenciosa del término unidad, por parte de la ‘Mesa de le derecha’.

TRABAJO PERMANENTE: Trasladar la percepción de sostenibilidad y continuidad en la gestión del gobierno. Ya hay una obra hecha, ahora vamos por más.

CREÍBLE Y ORIGINAL: Debe constituir novedad dentro de la amalgama producida por el acumulado de mensajes y signos de las comunicaciones provenientes del Gobierno.»

Esta nueva imagen de identidad del gobierno venezolano es magnífica en su diseño, forma y filosofía. Esta sirve para complementar la publicidad gubernamental o institucional, que acompaña los logros de su gestión, que informa a los ciudadanos y que identifica al gobierno. Sin embargo, el lanzamiento público de esa nueva imagen pudo haber generado significados ambiguos en su intención desde un principio.

A través de los medios audiovisuales estatales se transmitieron, diarias e incontables veces, diversos spots televisivos que mucho distaban de pertenecer a la forma de  publicidad gubernamental o propaganda institucional tradicional. Su diseño estaba dirigido a exaltar la figura presidencial con intenciones exclusivamente electorales. La letra y la música pretendían asociar ese lema, «Corazón Venezolano«, directamente con la imagen del presidente Chávez. En el juego de asociaciones publicitarias, esto tiene la finalidad de relacionar todos estos elementos para que, una vez interpretado y guardado en la memoria de la audiencia a través de la repetición, pueda servir como símbolo evocador y estimulante asociativo para reiterar la presencia del candidato oficialista cada vez que se vea esta imagen en la propaganda gubernamental televisiva, en cine, en vallas, prensa escrita, internet y hasta en cadenas a nivel nacional. Es pura propaganda electoral por emplazamiento .

En un artículo anterior se analizan los spots televisivos de la serie «Corazón Venezolano» que pretenden la exaltación de la imagen presidencial reforzada con inspiración musical.

La publicidad subliminal sonora en la propaganda del gobierno de Chávez

En un artículo anterior se hacía referencia al tipo de publicidad electoral que fue utilizado por la candidata presidencial Irene Sáez en uno de sus spots para la campaña del año 1998 en Venezuela y, más recientemente, el candidato George W. Bush en el año 2000 en Estados Unidos . Se expuso el tema que comparten algunos expertos referido al tipo de publicidad subliminal visual que se inserta entre los cuadros fílmicos (frames) de una película, que difícilmente logran el efecto deseado, porque existen mecanismos de alerta inconscientes donde los valores y las creencias salen a relucir y actúan como escudo protector contra toda influencia que pretenda imponer acciones contra la voluntad del individuo.

Por otro lado, otros estudios referidos a propaganda han propuesto la idea que mediante la música es más fácil conectarse emocionalmente con un individuo e inducirlo a creer o actuar de una determinada manera, porque su humor puede ser afectado directamente. La música, a diferencia de la imagen, se cuela insospechadamente mientras la atención está puesta sólo en lo visual; aquélla duplica la sensibilidad del receptor y lo predispone para un sentimiento específico. La música también es utilizada en la publicidad como recurso mnemotécnico o para asociar una nueva idea con otra que se ha aprendido previamente.

El spot de la Gran Misión Vivienda Venezuela, radiado y televisado en 2011, destaca los requisitos que el ciudadano debe efectuar para participar en la adjudicación de una vivienda que el gobierno se ha comprometido a construir en poco tiempo. Este programa constituye una luz de esperanza en la creencia del ciudadano sobre un tema de gran interés nacional (issue) que afecta a gran parte de los venezolanos.

Ahora bien, se ha hecho un análisis libre sobre el tipo de música para saber cómo se utilizó y qué efectos se pretenden con el elemento sonoro del spot; y de ello se ha podido extraer lo siguiente:

  • Se ha utilizado música estilo salsa debido al carácter popular que tiene este importante género caribeño que, por ende, tiene mayor alcance dentro de un sentimiento de identidad comunitaria.
  • Se ha utilizado un tema musical que bien pudo haberse inspirado en una canción llamada “Qué manera de quererte” de Emilio Ríos que entre algunas versiones, la más popular es la del cantante puertorriqueño Gilberto Santa Rosa. Esta variación conserva el mismo ritmo percusivo de clave 2:3 y está un tono más alto que la original, pero contiene la misma instrumentación, el mismo carácter y sonido que los arreglistas, Georgie Padilla y Pappo Lucca, utilizaron en la original. El “solo instrumental” a diferencia de la original, está ejecutado por un instrumento para nada estridente, el vibráfono, ideal para colocar el mensaje informativo del spot por encima de él.
  • Esta técnica de rehacer un tema musical es muy válida y se ha utilizado desde la música clásica, la folklórica, la étnica y hasta el jazz; es llamada “variación de un tema” que a nivel publicitario puede ser utilizado como «factor de conexión emotivo» para relacionarla con una idea previamente aprendida por el receptor del mensaje, es decir, si nos detenemos a escuchar la letra de la canción original sabremos que se trata de una persona que halaga a su pareja con palabras y metáforas de amor y que sólo vive para quererla. Como ha sido una canción tan conocida y tan famosa en la radio y televisión, cantada por alguien tan reconocido entre los amantes de la salsa romántica, es casi improbable que alguien no la conozca o no la haya escuchado o bailado por lo menos una vez en su vida.
  • En el spot de Vivienda Venezuela, el tema musical como elemento funcional publicitario, podría contener lo siguiente: Existe la presencia subliminal de una tercera persona, de un ente, que expresa su “afecto y su querer” que está oculto tras la variación del tema de la canción que puede ser reconocida en distintos niveles de la percepción. Este “ente” está oculto debido a que es un arreglo instrumental, excepto por el coro inicial, cuya línea melódica está tocada improvisamente por un vibráfono, pero la progresión armónica es también una variación de la canción original, eso es lo que mantiene la presencia tácita de dicha «entidad» en el arreglo musical, que pudiera tratarse de la figura presidencial. No hay voz que cante, ni que diga: “qué manera de quererte, qué manera…”, pero el inconsciente se encarga de recordar y cantarle al receptor del mensaje a medida que transcurre la música sola, como si efectivamente hubiera alguien cantando.
  • Este tipo de tema musical crea una conexión que rebasa los límites del minuto donde se circunscribe el spot, nos dice que hay algo más importante, más trascendente que nos conecta al hacer el trámite del registro sugerido por el anunciante. Conecta sentimientos de afecto con la imagen que muestra de manera sencilla el esfuerzo gubernamental, ya sea real o irreal, de hacer y entregar viviendas para sus ciudadanos.

A continuación, se muestra la cuña o spot para tener una referencia de lo que se ha expuesto anteriormente; igualmente se muestra la canción de Emilio Ríos que se utiliza con fines netamente demostrativos y pedagógicos.

«Qué manera de quererte» de Emilio Ríos – canta: Gilberto Santa Rosa

Justo Morao

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La música clásica en la propaganda política

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La música ha sido una de las expresiones más antiguas del hombre que junto con el lenguaje, han dado forma a la sociedad humana en cuanto a su evolución y desarrollo intelectual. Culturas primitivas han utilizado esta forma de expresión para invocar lo sagrado, para transmitir sus creencias a otras generaciones, para reafirmar las jerarquías del poder de ciertas castas ante un determinado grupo social; y hasta para prepararse para la guerra.

Cuando Hitler gobernó durante la Alemania nazi, la música clásica fue utilizada como una poderosa herramienta de sugestión. Al finalizar un discurso público, el ambiente era impregnado de cantos germánicos nacionalistas como el «Deutschland über alles» que afianzaban el sentimiento de patriotismo y resurgimiento del poder entre sus tropas y demás presentes (Cartier, 1976).

El ministro de propaganda nazi, Goebbels, tomó el control del contenido de la radio en 1933, que al final de ésta década dos tercio de la programación consistía exclusivamente en música (Burleigh, 2005). El contenido ideológico para estimular la participación de la audiencia en actos de masas era alternado con el contenido musical, especialmente composiciones de Wagner y Beethoven.

La práctica de conjugar la música en un ambiente discursivo ya había sido presenciada por Hitler como espectador en su juventud, alrededor de 1920, en mítines de diferentes partidos alemanes: Demócrata, Nacionalista Alemán, Partido Popular Alemán, entre otros. La canción patriótica, en este caso, contiene una carga simbólica que conlleva un ideal de unión e identificación con respecto al movimiento al que se pertenece. En el libro «Mi lucha» escrito por Hitler en 1924, éste sostenía que:

«Los oradores hacían lo posible por levantar aquella pacífica atmósfera (…) Al cabo de tres cuartos de hora, todo el concurso se hallaba en suspenso, como en un éxtasis interrumpido una que otra vez por el ruido que metía uno que se marchaba (…) Terminado el acto, el presidente suplicaba se entonase alguna canción patriótica alemana».

A continuación, se presentan imágenes de la obra maestra del documental propagandístico, «El triunfo de la voluntad» (Triumph des Willens) de 1935, de la cineasta alemana Leni Riefenstahl, propuesta revolucionaria en todas sus técnicas de filmación, postproducción y musicalización; en el cual se utilizaron como scores del filme, la música de Herbert Windt y de Richard Wagner.

Particularmente, muchas de las obras de Wagner fueron inspiradas en historias germánicas antiguas en las que Hitler, tal vez, encontró refugio y consuelo, donde albergaba sus ideales épicos, que posteriormente pudieron inspirar sus manejos en la política. Burleigh (2005) observa al respecto:

«El objetivo de Hitler al irse a Viena era estudiar en la Academia de Bellas Artes. Después de suspender en las pruebas de acceso se quedó en la ciudad, donde gracias al dinero que le enviaba su familia subsistió como pobre ocioso. Contrajo un interés obsesivo por las óperas de Richard Wagner (…) Las obras de Wagner le aportaban un mundo de fantasía heroica marcadamente distinto de la vida que estaba llevando; lo cual hace que resulte sumamente difícil de entender su carrera en las categorías políticas convencionales».

Aquí se escucha: «La Valkiria» de Richard Wagner.

Justo Morao

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Propaganda y publicidad, ¿política o electoral?

La propaganda implica un concepto genérico que se divide en dos categorías: la propaganda política, que remite a los partidos políticos, movimientos que persiguen adoctrinar, el reclutamiento político o la ganancia de votos en una elección; y la propaganda comercial, que incluye la publicidad y las operaciones referidas a relaciones públicas (Kecskemeti, 1973). Sobre la publicidad se argumenta que es un elemento que se acerca al terreno de la propaganda, ambas tienen en común que se dirigen a amplios auditorios y usan los mismos canales de comunicación, mediante técnicas de estudios aplicadas para su acción (Sani, 2000).

Al referirse a una definición concluyente para la propaganda política, o la publicidad electoral o política, Koeneke (1994) señala que “…tan sólo ha sido posible encontrar un punto de acuerdo: que ambas formas de comunicación comparten como objetivo la persuasión”. Asimismo, este autor enumera tres características para definir el término que llama publicidad electoral:

1) Una forma de comunicación persuasiva;

2) Que persigue la creación o el cambio de predisposición en el elector;

3) Para que sufrague o deje de sufragar por algún candidato, partido o movimiento político.

En este sentido, una de las herramientas más utilizadas en el campo de la publicidad electoral para lograr tal fin persuasivo, es el spot o la cuña electoral. En la pestaña “VIDEOS” se tienen varios ejemplos de ello.

Justo Morao

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