Para Gryspeerdt (1995), la identidad es un margen de semejanza (lo idéntico, lo mismo, lo cercano) y una marca de diferencia (lo singular, lo único, lo solo). La identidad contribuye a situar a cada uno en el lugar correcto y constituyen parte fundamental en la cotidianidad de las comunicaciones.
Para un líder político, la identidad es un conjunto de rasgos que les son propios y que los diferencia de los demás. La comunicación de tal identidad es la que llamamos imagen, ésta, en la percepción del destinatario (imagen), puede considerar a su portador como digno de confianza, estima, seguridad, etc; y también podría ocurrir el caso contrario.
En el sentido filosófico (Ferrater, 1970), existe una postura para entender la asimilación de las imágenes:
Nóumeno: “lo que es pensado” o “ser pensado”. Es un vocablo técnico kantiano. “La cosa en sí misma”, que no es susceptible de nuestra intuición sensible (intelecto), que existe independiente a la experiencia.
Fenómeno: “Lo que aparece” – lo aparente. El fenómeno se contrapone al ser verdadero, puede ser algo distinto o inclusive opuesto. También puede referirse a la realidad subordinada y dependiente.
Es decir, la imagen es un reflejo en la mente del receptor en el proceso de comunicación de la identidad, es una percepción del objeto o de la persona, que por medio de la “interpretación selectiva” se amolda y toma cuerpo en consonancia con los valores y creencias del sujeto.
Acerca de la imagen de un líder político, Koeneke (2008) nos comenta que “surge de su identidad conceptual (autorretrato), cuando ésta es transmitida (imagen proyectada) y, luego, recibida y construida por el receptor a partir del contenido del mensaje y de sus propios valores, orientaciones y experiencias. En ese proceso generalmente se conjugan formas de comunicación verbal, no verbal y sonora”.
En este orden de ideas, las cualidades más evocadas por votantes y medios de comunicación sobre los candidatos en campañas electorales latinoamericanas recientes han sido: honestidad; dinamismo; ser trabajador; comunicatividad, ser experimentado, ser humano, inteligencia, ser buen orador; ser carismático; entre otras. (Fernández, Hernández, Ocampo, 2004)
Justo Morao
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