Efectos sonoros para dramatizar el mensaje electoral de un spot

En plena guerra fría el presidente estadounidense Ronald Reagan se lanzaba a la reelección presidencial en 1984, uno de sus grandes temas de campaña estaba referido a la seguridad nacional y, especialmente, el recelo contra el comunismo y el gran enemigo natural para la época, la Unión Soviética.

El equipo de campaña de Reagan puso al aire un spot en televisión nacional que causó muchos comentarios entre los electores que lo seguían y puso a reflexionar a otros indecisos sobre el delicado tema bélico, como lo fue «El Oso,  o también «El oso en el bosque».

Este spot electoral escrito y producido por el publicista Hal Patrick Riney, mostraba un protagonista inesperado que representaba a la Unión Soviética, un animal salvaje e impredecible, siendo el oso pardo el animal emblemático de Rusia. Con una voz en off masculina que servía para remarcar la leyenda y su moraleja, se sugería que el único que era capaz de afrontar tal situación de incertidumbre sobre la seguridad norteamericana era el candidato a la reelección Ronald Reagan. Al final de la pieza podía leerse el eslogan: «Preparado para la paz».

La leyenda decía:

«There is a bear in the woods. For some people, the bear is easy to see. Others don’t see it at all. Some people say the bear is tame. Others say it’s vicious and dangerous. Since no one can really be sure who’s right, isn’t it smart to be as strong as the bear? If there is a bear.»

«Hay un oso en el bosque. Para algunas personas, el oso es fácil de ver. Otros no lo ven en absoluto. Algunas personas dicen que el oso es manso. Otros dicen que es cruel y peligroso. Ya que nadie puede estar realmente seguro que está bien, ¿no es inteligente ser tan fuerte como el oso? Si hubiera un oso. «

Para dramatizar aún más el mensaje que sugería la amenaza soviética de una manera muy poética e indirecta, el equipo de producción publicitaria agregó a la pieza un efecto sonoro de latidos de corazón que súbitamente se acelera al final del mensaje, al mismo tiempo le ha sido agregado de forma casi inaudible una música atonal, que no tiene resolución en ninguna tonalidad y que no posee ninguna melodía; que puede otorgar a la imagen una sensación de angustia e incomodidad para ser percibida por el espectador. Este spot pudo haber transformado el dramatismo publicitario en una inquietud nacional en aquel delicado momento de tensión que vivía ese país en su política exterior, la que los electores tomaron muy en cuenta al momento de votar.

En una campaña propagandística del año 1998 en Venezuela, se utilizaron las mismas herramientas sonoras de latidos de corazón y música atonal para enfatizar el dramatismo de un mensaje negativo sobre el candidato Hugo Chávez. A diferencia del spot de Ronald Reagan, el mensaje no contenía ni metáforas, ni sutilezas, sino que era directo, vulgar e impactante. Tal hecho resulto que muchos electores lo tomaran de forma muy graciosa omitiendo todo vestigio de impresión aterradora, esto debido al torpe manejo del lenguaje utilizado que contrastaba con los efectos sonoros, que sólo sirvieron para exagerar la situación jocosa. Otro segmento de la audiencia simplemente lo rechazó a primera vista por mostrarse agresivo y violento. Es decir, en el caso venezolano el spot no arrojó los resultados esperados por sus productores sobre el segmento al cual estaba dirigido.

Justo Morao

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