Una de las estrategias más efectivas en las campañas electorales de diferentes épocas, ha sido utilizar los llamados spots de historias de vida. Estos pueden presentar a los candidatos en un plano emocional más íntimo con sus simpatizantes y también puede dar a conocerlos mucho mejor ante los nuevos votantes.
El spot llamado Esperanza – Hope – de Bill Clinton de la campaña del candidato de 1992, nos da un ejemplo importante sobre el efecto que se pretende obtener con el uso de la empatía.
En un minuto se muestran imágenes del candidato en su infancia y con su familia en su pueblo natal Hope, ubicado en Arkansas, tratando de mostrar que es un provinciano criado con valores tradicionales. Inmediatamente se ven imágenes de su juventud cuando conoció al presidente John F. Kennedy lo cual puede crear en la mente del espectador que existe un fuerte sentido de compromiso en cuanto su identidad partidista demócrata y su motivación para convertirse en un servidor público desde temprana edad. Se muestran imágenes de su gestión como gobernador enumerando algunos de sus logros sociales. Resume al finalizar el spot, su firme intención de llevar «esperanza» a cada uno de los ciudadanos de la nación.
Se escucha una balada instrumental del estilo propio de finales de los ochenta y comienzo de los noventa desde el inicio del spot, ejecutadas en pads de pianos eléctricos de estilo FM, que sirve de marco para el propio candidato narre su vida y sus aspiraciones convirtiendo el spot en un viaje nostálgico y retrospectivo, pero a la vez, con un norte muy definido sobre sus aspiraciones.
A continuación: Hope de Bill Clinton, 1992.
Justo Morao
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