Siendo que el «mickeymousing» es una técnica musical heredada del cine, muy propia de los dibujos animados (aunque no exclusiva); su utilización es poco frecuente en los spot electorales debido al tipo de mensaje que ellos transmiten; y a su difícil creación y sincronización con la imagen. Esto significa que la acción es acompañada sincrónicamente con cada pequeño movimiento de la imagen en forma de mímica o parodia y, en la mayoría de los casos, produce una sensación de comicidad en la escena y entre los personajes. Uno de los músicos más talentosos y máximo exponente de dicha técnica fue Scott Bradley (1891-1977), quien musicalizó todas las series de «Tom & Jerry» de la antigua versión de los años cuarenta producida por la compañía de dibujos animados Hanna-Barbera. Como lo he comentado en el punto «Función del elemento sonoro en la cuña electoral» del libro, esta técnica se enmarca dentro de la función física de la música en la escena, ya que remarca la acción y los movimientos de los personajes.
En el año 1993 se difundió una cuña electoral en la cual toda la imagen estaba comprendida de dibujos animados, era la cuña del «chiripero» del partido Convergencia, sumando todos los partidos pequeños que apoyaban al candidato Rafael Caldera para esas elecciones en Venezuela. Esta cuña fue caracterizada por una fonomima (haciendo una voz de caricatura) y acompañada, aunque pobremente armonizada y sincronizada, con música del estilo mickeymousing. Los datos empíricos recabados en el trabajo de campo que en el libro se analiza, revelaron que el estilo del spot sí produjo ese efecto de comicidad y simpatía que se esperaba.
En el ejemplo que se presenta a continuación, se utilizó la técnica de efectos de sonido, que normalmente da realismo a la escena acentuando las acciones con ruidos reales de los personajes o que muestran sonidos del medio ambiente, pero en este caso particular los efectos sonoros que se utilizaron sincronizadamente con los movimientos del personaje fueron sonidos artificiales de dibujos animados, es decir, al estilo mickeymousing. La diferencia con el primer ejemplo es que mientras aquél mostraba una propuesta electoral de un partido determinado en una forma sana e informativa con un estilo muy original, ésta última se encargó anónimamente de hacer una burla absoluta sobre un tema de interés (issue) importantísimo para la sociedad venezolana de aquel entonces. Es decir, el contraste de una información seria e importante con un telón de comicidad, burla o parodia, difícilmente produce el efecto deseado. El espectador, aunque no lo pueda explicar, está recibiendo dos mensajes diferentes sobre un mismo tema, el cual genera confusión en la recepción del mismo. Como lo he publicado en artículos anteriores, la «propaganda negativa», cuando es anónima, para la mayoría de los espectadores, resulta antipática por sí sola, pero al sumarse otros ingredientes perturbadores que producen confusión o poca claridad en el mensaje que se desea difundir, estos simplemente irritan la capacidad de atención y, en muchos casos, se hace chocante e insoportable. En consecuencia, esto favorece más al candidato que se pretende perjudicar.
Justo Morao
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